lunes, 25 de febrero de 2008

OCKHAM II

CONTROL: CD 1.1 (desde el comienzo) PLANO PRINCIPAL, pasa a fondo. OCKHAM II

pedro
Muy buenas tardes. Son las … Comenzamos otro programa de el filósofo en la historia
Nuestro encuentro de cada viernes con las grandes figuras de la sabiduría a lo largo de la historia.
CONTROL: CD 1.1 PLANO PRINCIPAL y fin

Pedro
Para guiarnos en esta visita a los monumentos de nuestra civilización contamos hoy con
Sixto Castro (buenas tardes, Sixto)
José María Enríquez…..(buenas tardes, Chema)
.

En la locución Inmaculada Elena Ramírez, Queta Toquero. (buenas tardes)
en el control, Mercedes Marco.
Les habla: Pedro Herráiz
Gracias, siempre, a la Asociación Aula Pública, que nos cede este espacio, a Radio Laguna.
Ya sabéis que vuestras observaciones, sugerencias o preguntas, podéis hacerlas en el blog del programa http://elfilosofoenlahistoria.blogspot.com en el que encontraréis un enlace a la página web del programa.
Los materiales del programa, junto con otros de filosofía podéis encontrarlos también en la página www.apoyoenlared.org.
Vamos, ya , a comenzar –continuar- nuestro recorrido por el mundo y el pensamiento de: GUILLERMO DE OCKHAM
CONTROL: CD 1. 2. plano principal y fin
Sixto
[el Dios pensado por Ockham]
La nueva teología que impone la condena de 1277 condiciona la filosofía de los siglos XIV y XV, que trata de ser más acorde con el dogma cristiano del agustinismo insistiendo en la libertad divina y en su omnipotencia.
Enseguida aparecen las consecuencias de estas posturas. Determinado teólogo declara que la divinidad puede condenar a todos los hombres de un país, después volverse atrás en su determinación y salvar a todos. Si la divinidad puede cambiar de criterio, transformar sus decretos y modificar las leyes de la naturaleza, una incertidumbre general pesa tanto sobre la realidad del mundo como sobre la salvación. Los mejores argumentos son los que se vuelven hipotéticos y dejan sitio a todas las posibilidades. La omnipotencia divina tiene como corolario la disolución del orden del saber en las cadenas de razonamientos posibles, cuya realidad jamás puede probarse.
Una sola traba condiciona su libre actividad: las cosas creadas no pueden encerrar contradicción; es, por tanto, posible, todo lo que no implique contradicción, afirma en el Tratado sobre los principios de teología (si bien existen dudas sobre su autoría).
CONTROL: CD 2. plano principal y fin

Locutora
«Dios puede hacer todo lo que, al ser hecho, no incluye contradicción…. Del mismo principio se sigue y queda establecido, que Dios puede, prescindiendo de sí mismo, producir y conservar todas aquellas cosas de las cuales uno no es parte esencial de la otra, ni ninguna de ellas es Dios. Pues incluiría contradicción que se produjera a sí mismo y simultáneamente a otra cosa, puesto que Él mismo no existiría, siendo así que consta que Él es la causa de ser aquello de cuyo ser se sigue lo otro y sin lo cual no sería lo otro».
CONTROL: CD 1. 2. plano principal y fin (G. de Ockham, Tratado sobre los principios de Teología.)
CHema
También rechaza Ockham las tesis que argumentan la existencia de un orden de esencias que conducen hasta Dios, pues eso significaría poner límites a la omnipotencia divina, en cuanto las esencias determinan los tipos posibles de seres. El desarrollo de esta idea lleva a emancipar al hombre de la supuesta vinculación entre el orden divino y el orden temporal; y éste debe buscar la verdad moral en su conciencia y en el Evangelio, pero no en otras instancias externas al hombre. Por otro lado, para Ockham, que Dios sea uno, omnipotente, creador de todas las cosas, su propia causa (Causa Sui), y que el alma humana sea inmortal no se puede probar mediante la razón filosófica o natural, sino a través de la revelación divina. Esta posición contradice, directamente, la actitud tomada por el Aquinate. Y es que Ockham no está convencido de ninguna de las pruebas de la existencia divina, y considera que, a lo sumo, contienen un valor de probabilidad, como todo lo que está bajo la voluntad omnipotente de Dios y no encierra contradicción.
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Pedro

[El debate de los Universales hasta la llegada del Nominalismo.]
En el debate sobre LOS UNIVERSALES que surgió allá por el siglo XI como intento de conciliar la filosofía cristiana, claramente impregnada por el platonismo, con los recién descubiertos textos de Aristóteles, Ockham sostuvo una posición que se denomina NOMINALISMO. Básicamente la cuestión era si los universales, manifestados en los conceptos, existen en la realidad o sólo en el pensamiento.
Así planteado, si la querella de los universales se tratara de un debate lógico o metafísico, no se entiende la preocupación, la prohibición, la condena y la persecución de algunas de sus soluciones. Entonces, tiene que tratarse de algo más serio, vital y profundo. Esta querella en sí misma no convencía a nadie, sin hablar de aquellos para los que la consideraban una curiosidad impía. Y esto se debía a que hay otra manera, además, de entender la importancia de esta querella. Estaba en juego la misma predicación de la Iglesia en cinco aspectos fundamentales: la creación del hombre, la herencia del pecado y su perdón, la salvación y el dogma de la Trinidad.
CONTROL: CD 1. 2. plano principal y fin Chema
La filosofía de Aristóteles, que había penetrado en Europa gracias a la labor de las escuelas de traducción, en principio suponía un grave peligro para la ortodoxia cristiana, pues esta filosofía, en muchos de sus planteamientos, contradecía dogmas importantes de esta religión, que había adoptado la filosofía platónica. Es por ello, que la primera medida fue la de prohibir su enseñanza hasta que no fuera sometido a una conveniente censura. El Concilio de París de 1210, prohibía la enseñanza pública o privada tanto de Aristóteles como de sus comentadores (árabes y judíos) bajo pena de excomunión, hasta que no fueran revisados esos textos por la autoridad competente.
Aquella medida prohibitoria sólo había alcanzado a la universidad de París, por lo que los textos aristotélicos se fueron filtrando y extendiendo; y las medidas, primero de Inocencio IV, y luego de Urbano IV, llegaron demasiado tarde al resto de las universidades que florecían en el continente europeo.
En los siglos XIV y XV, Occidente se ve alterado por un conflicto entre las casas reales inglesa y francesa, es la llamada Guerra de los Cien Años, que alterará la vida cultural y religiosa de todo Occidente. Este factor bélico, unido a la Peste, fue el principal agente de movilidad social. Castigo divino al que había de buscarse culpables, mientras que el pueblo mendigaba una salida en devociones populares, que fomentan la disidencia.
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Sixto
Todo esto también anda detrás de las respuestas a los universales: ¿el individuo o la colectividad? En juego estaba la propia promesa de salvación de la carne. Ockham optó por el individuo y esta opinión fue condenada.
Las posturas adoptadas en el momento en el que escribe Ockham son las tres siguientes: el realismo extremo o idealismo, el realismo moderado o conceptualismo, y el nominalismo.
El realismo extremo afirma que los universales existen realmente (como las ideas platónicas) con una existencia independiente del mundo fenoménico y empírico.
Para el realismo moderado, los universales no existen como entidades mentales o conceptos. El conceptualismo supone que los universales no son ni entidades reales ni tan sólo nombres puros, sino ideas o conceptos de la mente cuyo referente son las propiedades de las cosas. Esta es la postura que mantiene Tomás de Aquino, para quien lo universal no existe separado de las cosas sino como esencia. A esto se le une la afirmación de que los universales existen también en la mente divina, a modo de arquetipos.
CONTROL: CD 2. plano principal y fin Por el contrario, el nominalismo afirma que los universales no son más que nombres; sólo existen los individuos pero no las abstracciones genéricas, es decir, no existe una esencia trascendente a las cosas individuales y que las fundamente. Esta es la postura de Guillermo de Ockham, para quien todo lo que existe es individual o singular; es lo primero conocido y lo único propiamente conocido.

Locutora
Es de saber, pues, en primer lugar que «singular» se toma en dos sentidos. En el primer sentido, la palabra «singular» significa todo aquello que es uno y no muchos. En ese sentido, los que sostienen que el universal es una cualidad de la mente predicable de muchos, si bien no tomado por sí, sino por esos muchos, deben decir que todo universal es verdadera y realmente singular; porque así como toda palabra, aunque sea común por convención, es verdadera y realmente singular y una numéricamente, porque es una y no muchas, así la intención del alma que significa muchas cosas fuera del alma es verdadera y realmente singular y numéricamente, porque es una y no muchas, aunque significa muchas cosas. …
Pues así, la intención del alma se llama universal porque es un signo predicable de muchos; y singular, porque es una sola cosa y no muchas.
(G. de Ockham, Suma de la lógica, I, cap. 14)
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Pedro

Para Ockham la única realidad le corresponde a los individuos; los términos o nombres con los que formamos proposiciones son otros tantos signos sustitutos que en el lenguaje hace las veces de los individuos correspondientes –los suponen-.
CONTROL: CD 2. plano principal y fin

Locutora
Por eso hay que conceder que ningún universal es sustancia, comoquiera que se le considere, sino que todo universal es una intención del alma, que, según una opinión probable, no se distingue del acto de entender. Dice esa opinión que la intelección con la cual entiendo al hombre es signo de los hombres, tan natural como lo es el gemido de la enfermedad, o de la tristeza, o del dolor, y es un signo de tal Índole, que puede suponer por los hombres en las proposiciones mentales, como la palabra puede suponer por las cosas en las proposiciones orales.
(G. de Ockham, Suma de la Lógica, I, cap. 15)
CONTROL: CD 1. 2. plano principal y fin Chema

Así pues, para Ockham, un término, un nombre, es una vox (en el sentido de un producto fonético), o un sermo, o vocabulum (emisión de voz con significado). El significado le llega a un término por la suppositio simplex, esto es, la capacidad de un término para significar a muchos individuos concretos. La mente posee la capacidad natural de convertir en signo de muchos lo que ha sido conocido intuitivamente como un objeto particular. Ahora bien, las palabras tienen, ciertamente, un sentido, pero únicamente en la medida en que establecen una relación con las cosas reales (empíricas).
Debe saberse que el universal es doble. Algo es universal por naturaleza, porque es signo predicable de muchos de un modo natural, de una manera parecida a como el humo significa de un modo natural el fuego, o el gemido de enfermo significa el dolor, y la risa, la alegría interior. Y tal universal no es otra cosa más que una intención del alma, de tal manera que tal universal no es ninguna sustancia exterior al alma, ni ningún accidente exterior al alma.

Hay otro universal que es por institución voluntaria. Además del concepto universal, también hay universales artificiales (voces, palabras), que por convención significan una pluralidad de cosas. Pero no podemos hablar en el hombre de un entendimiento agente que produzca en los conceptos una imagen interna de las cosas. Ockham cree, contra Duns Scoto, que el universal no es producido, sino que resulta de un proceso de abstracción en el conocer, pero ese proceso no es otra cosa sino una ficción, una actividad de la mente.
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Locutora
«De esos y otros muchos textos aparece claro que el universal es una intención del alma apta para ser predicada de muchos. Lo cual se puede confirmar también por la razón. Todo universal, en efecto, es, según opinión de todos, predicable de muchos; pero sólo la intención del alma o el signo voluntariamente instituido es apto para ser predicado, y no sustancia alguna; luego sólo la intención del alma o el signo voluntariamente instituido es universal. Pero al presente no empleo el término «universal» como signo voluntariamente instituido, sino como aquello que es naturalmente universal. Y que la sustancia no es apta para ser predicada es claro; porque, de ser así, se seguiría que la proposición constaría de sustancias particulares, y, por consiguiente, el sujeto estaría en Roma y el predicado en Inglaterra, lo cual es absurdo».
(G. de Ockham, Suma de la Lógica, I, cp. 15)
CONTROL: CD 1. 2. plano principal y fin Sixto
Ockham exigirá, en consecuencia, una vuelta a lo físico, al individuo, un abandono de la multiplicación de entes propia de la metafísica. Es su famoso principio de la navaja no multiplicar los entes sin necesidad (non sunt multiplicanda entia sine necessitate).
Y de ahí la importancia otorgada por Ockham a la intuición: sólo mediante ella adquirimos nuestros conocimientos. Por la intuición, tanto sensible como intelectual, se adquiere conocimiento de las cosas reales, y no existe ningún ser intermedio entre las cosas existentes y el espíritu que conoce.
Pero la navaja de Ockham es también un principio de economía intelectual, metodológico y epistemológico (gnoseológico), que aconseja elegir la más simple entre las hipótesis de las explicaciones que puedan darse de un fenómeno. Y de este principio también se infiere la tesis epistemológica según la cual, de dos teorías rivales con el mismo poder explicativo, la mejor es la más simple, ya que es más fácil de refutar y contrastar.
Por otro lado, el principio de la “navaja de Ockham”, en la simplificación de las demostraciones, no niega que puedan realizarse demostraciones propter quid (“por causa de”), procediendo de las causas a sus efectos, o la demostración de una verdad a partir de otras más universales; pero considera más fácil proceder a través de un procedimiento desde la intuición a la causa: la búsqueda de las causas a partir de la experiencia, dados en la intuición, y que sólo sugieren causas hipotéticas.
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Pedro
[Consecuencias de la solución nominalista al problema de los universales.]
El planteamiento –o la consecuencia del planteamiento– llevado a cabo por Ockham, supone una dura crítica a la metafísica tradicional pues tiene como consecuencia la negación de lo más característico del pensamiento platónico y aristotélico, así como del uso de fundamentales conceptos de la metafísica clásica.
Con el planteamiento de Ockham, la sustancia ya no es sino el substrato desconocido de las cualidades manifestadas a la experiencia, y sólo es concebible de modo negativo (como “lo que no es en otro”) y relativo (como el “sujeto de los accidentes”). Tampoco puede ser conocida por la experiencia –único modo válido de conocimiento– la relación causal en sí misma, por lo cual el concepto de causa resulta también problemático. Igualmente, la causalidad final no es sino una causalidad metafórica e innecesaria para explicar el curso de los acontecimientos de la naturaleza. Por fin, Ockham negará los dos principales supuestos de la metafísica tomista: la distinción esencia-existencia y la analogía del ser.
Todo esto, también conduce a Ockham a negar la posibilidad de un conocimiento racional de la divinidad. Las pruebas de la existencia dDios carecen de verdadero carácter demostrativo: no son sino argumentos probables. Para Ockham, el entendimiento divino no aventaja a la voluntad, ni a la inversa, porque en él no hay realmente entendimiento ni voluntad: son sólo “nombres” que damos a la esencia divina partiendo de sus efectos.
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Chema
La crítica alcanza también a la concepción del alma. La intuición interna sólo nos da a conocer nuestros actos de conocimiento, voluntad, deseo..., pero no la sustancia misma del alma. Y no existen argumentos que demuestren la existencia de un alma sustancial, inmaterial e inmortal, ni la distinción de la inteligencia y la voluntad. En último término, dice Ockham, nada impediría pensar que el alma es corporal, o que es el cuerpo el que piensa.
En definitiva, ocurre que Ockham reduce de un modo notable los límites de la razón humana. Ello altera la relación entre la razón y la fe. Para Ockham sólo puede ser conocido aquello que puede ser experimentado o intuido. Por tanto, la divinidad y todo lo que se refiere a la salvación eterna del ser humano es inaccesible a la razón. Los artículos de la fe sólo pueden ser conocidos por revelación, y la teología pierde todo carácter científico. De este modo, los ámbitos de la razón y la fe quedan totalmente separados, y tampoco cabe colaboración mutua: la razón nada puede decir acerca de aquello que rebasa la experiencia.
CONTROL: CD 1. 2. plano principal y fin Sixto
[Hacia la vía moderna.]
Aunque parezca una paradoja a la vista de sus resultados, este movimiento está dominado por un deseo de simplificación, a fin de eliminar de la filosofía y de la teología cuestiones y problemas que, a su juicio, las complicaban en exceso, además de reducir la razón a unos límites más estrechos, desligándola de la fe.
El movimiento más representativo para la historia del pensamiento se aglutina alrededor de la figura de Guillermo de Ockham. Con su propia vida y con sus escritos, representa una clara señal del advenimiento de nuevos tiempos. Por ello, la tendencia que inicia es denominada via modernorum, frente a la coexistente via antiqua.
Con el nombre de moderni se designará a los seguidores de Guillermo de Ockham, conocidos como nominalistas y también terministas
Con Ockham, la escolástica llega a su epílogo. El 25 de septiembre de 1339 se prohíbe en París la lectura de sus textos; el 29 de diciembre de 1340 se reitera la prohibición, con respecto a sus tesis más representativas. El ockhamismo gana terreno en las principales universidades, a través de hombres que intentan demostrar la inconsistencia de la cosmología aristotélica, como por ejemplo Juan Buridán (1290-1358) y Nicolás de Oresme (fallecido en 1382); o mostrar lo inconciliable de la fe y la razón, en nombre de un concepto más riguroso de ciencia, como Nicolás de Autrecourt (1350); y por último, defender la necesidad de una radical reforma de la Iglesia, como el inglés Juan Wyclif y el bohemio Juan Hus.
CONTROL: CD 1. 2. plano principal y fin Pedro
Como consecuencia del profundo cambio que Ockham había provocado en la filosofía y en las ciencias durante las primeras décadas del siglo XIV, da comienzo una nueva concepción del saber científico, que dominará de forma indiscutida la cultura europea durante alrededor de dos siglos, acabando por influir de manera positiva sobre la revolución científica de Galileo.
Primero en Oxford, pero luego en París y en el resto de Europa, las nociones científicas de Aristóteles se ven sometidas a una severa crítica, desde diversos puntos de vista. En lo que se refiere al método, los seguidores de Ockham se oponen a la noción de conocimiento científico que propugnaba Aristóteles, que se caracterizaba por la universalidad y la necesidad.


CONTROL: CD 1. 6 plano principal y pasa a fondo
Pedro
Hemos terminado nuestro repaso por el pensamiento de OCKHAM. Los temas que podemos comentar al hilo de lo que hemos escuchado:
La realidad es sólo singular. Lo universal es sólo cosa del lenguaje.
La vía de Ockham hacia la ciencia moderna.
(comienza el diálogo)

(2) ¿Qué nos dice a nosotros, amigos de la sabiduría, en este siglo XXI?

Para los cortes
CONTROL CD 1. 6 Plano principal y fin.
CUANDO FALTEN 30 SEGUNDOS PARA ACABAR
CONTROL CD 1. 7 fondo y subiendo




El tiempo se nos ha acabado por hoy, gracias Chema - Sixto, gracias Inma, Queta…………………………………. (locutoras), gracias Mercedes.
El próximo viernes Dios mediante volveremos a este rincón de la historia de la filosofía con: DESCARTES


Feliz fin de semana.
CONTROL CD 1.6 Plano principal

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